He vuelto a un lugar de confusión: Y he encontrado cambios,...principalmente en que es más grande y ya no se permite fumar...pero para mi sorpresa estaba un amigo de entonces...y es que él me reconoció como yo le reconocí a él, pero tal vez nos pasara a ambos lo mismo...
Tras un momento...le he preguntado ¿eres tú?...El no se acordaba de mi nombre, pero sí de mi profesión...y es que por un momento me hubiera quedado con él largo rato...Le he dicho que me estaban entrando las ganas de quedarme y charlar...A él le ha parecido bien...'quédate y hablamos', pero no ha habido tiempo.
Recuerdo una historia que estaba manuscrita por una mano anónima y que merece ser reproducida. Esta venía a hablar de un hombre que caminando por una playa, llega a ver la historia de su vida en imágenes...En los buenos momentos que ha vivido aprecia que aparecen dos huellas distintas en la arena, las suyas y las de Dios, pero tras los malos solo aprecia unas solas...Triste se pregunta que cómo es que en los malos momentos vividos Dios ha podido dejarle solo, pero lo que no se da cuenta es que las huellas no son suyas, sino las de Dios, que en esos momentos le llevó en brazos.(*)
A pesar de los cambios lo fundamental sigue estando allí y es que allí...siguen siendo una familia.
(*) Años después descubro que esta historia anónima pertenece a este poema, también anónimo. Sigo pensando a día de hoy que no hace falta ser creyente para apreciar este poema.
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